Eva
Entonces fueron abierto los ojos de ambos y se dieron cuenta que estaban desnudos. Ella había observado el desgajar de sus ropas poco a poco, había detallado en su pantaloncillos una gran hoja de parra que se abultaba con el efecto del mariposear de sus manos al recorrer deseosas aquel cuerpo delgado pero firme y atlético; lo sintió su Adán y ella se transformó en Eva. Se creyó en el paraíso.
El aroma de su piel le envolvió como el color de su mirada aceituna hacía solo un instante; sintió desprecio por ella, se había prohibido esta emoción y no lo podía evitar.
Sabía que no era Julia Robert ó Scarlet Ortiz interpretando el papel de su vida con final feliz, era solo Eva, una puta barata y pérdida y en el mundo real las putas son putas y mueren putas, punto.
Carne y placer fueron entonces elevándose hasta el nirvana, Eva quiso estancarse: le haría pecar una y mil veces brindándole eternamente su manzana y él comería insaciable su ambrosía.
Eva abrazó fuerte a Adán que satisfecho desenvainó el ariete aún tieso de su caldera, ella se insinuó provocativa y él se dejó arrastrar una vez más en su magia, ella sonrió complacida imaginándoselo de mil maneras mientras él solo pensaba como haría para pagar este segundo polvo.
1 comentario:
Ese Cuento Me gusto mucho!!
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