jueves, 25 de junio de 2009

CUENTO - LA DESPEDIDA.


Autor: Jose Daniel Vibanco Villarreal _ IED Lorencita Villegas de Santos.

Una tarde un joven recibió una llamada de su ex-novia, ella le dijo: Yo también sentí lo mismo que tu sentiste anoche, te espero dentro de una hora en el parque, junto al muelle, a orillas del rio. Èl puso el teléfono en su lugar, tomó una ducha, se arregló y salió de su casa, pensó en decirle a sus amigos que ella lo había llamado, pero prefirió dejarlo en privacidad, enseguida cogió una moto taxi; total, era el momento para que ambos volvieran a cruzar palabras, ya que el orgullo no debe ser eterno, ni mucho menos un castigo en juicio.

Al llegar al muelle, se dirigió al parque Mamasuraya, junto a la ceiba que está frente a la discoteca VIP y se sentó en la silla de cemento donde tantas veces disfrutó con ella las tardes de charlas interminables; observó el rio, pensó lo que podría suceder, ¿que le diría ella? ¿De que iban hablar? Miró correr el agua que venia del lavadero de motos, a la gente venir y entre esa gente la vio. Su ex novia se acercaba de manera extraña, totalmente diferente. No usaba sus ropas frecuentes, ahora llevaba un vestido blanco, que hacía ver en su rostro una extraña palidez, su mirada reflejaba una paz inmensa, ¡lucía tan hermosa!, Era como si emanara rayos de luz, vestía unos zapatos impecablemente limpios, del mismo color del vestido. Hacía tanto tiempo que no la veía que quizá por eso la notaba más bella que de costumbre, intentó decirle ¡hola! pero ella le dijo: - Caminemos.

Ella comenzó la conversación. - He sabido que has estado triste y que has tenido muchos problemas.

- Si, esos que nunca faltan -. Contestó en tono seco.

-Te he soñado llorando, te he escuchado gritar afuera de mi casa y no me acercaba a tí, debido a las circunstancias, a tontos orgullos; yo se que tú no querías saber nada de mí, y no te culpo … ambos nos lastimamos demasiado, nos hicimos mucho daño y logramos alejarnos.

-No, no es eso, siempre quise buscarte, pero es que no tuve tiempo-. Dijo él en tono más relajado, pero no fue capaz de mirarla a los ojos.

Siguieron caminando por el Muelle fluvial, sitio donde se encuentran los rìos Cesar y Magdalena, allí donde se encuentran también los enamorados banqueños y se dejan llevar por el embrujo de las tardes rianas , entonces él no pudo evitar mirarla como antes.

- No vengo a discutir, quizá a pedirte perdón. He venido a decirte que aunque las cosas no se arreglaron en su debido momento, creo que nunca es tarde. ¿Sabes? Esperé a que tú me llamaras, para poder hablar, Pero tu llamada nunca llegó…. el esperarte, el pensar en tí, borró mi apetito; se robó mis días de sol… y me fue venciendo poco a poco. Sin embargo guarde Fe, y dije "él llamara" pero nunca lo hiciste. No te culpo pero si te comprendo….

-Si quería llamarte, deseaba hablar contigo, pero me cortaron el celular y estaba mal de bolsillos.

Ella lo interrumpió, justo frente a la virgen de La Candelaria, en el atrio de la catedral del mismo nombre, lo miró fijamente y le dijo:

- Se lo que sentiste anoche, se lo que te pasó, yo también lo sentía en ese momento, pero con mucho más dolor.

-Pero déjame decirte...

- Shii... No me interrumpas solo déjame hablar. Después de sentir eso, grite tu nombre mil veces y grite mil veces perdón, ¡Que lástima que no me hayas escuchado!, ¡Que lástima que no me hayas llamado!, Pero ¿sabes amor? creo que nunca es tarde para perdonar y si te pedí que vinieras aquí fue para entregarte esto….

Ella le entregó en sus manos una cruz, la cual era símbolo del amor de los dos, justo allí, donde mucho tiempo atras él se la había entregado.

Al recibirla, quedo en silencio por varios segundos, solo se escuchaba el canto de los pájaros y el ruido de las motos pasar. De repente reaccionó y dijo:

-¡que significa esto!, ¡dime que te pasa!

- En esta cruz esta mi alma, esta cruz es quien soy, te amo y quiero que la conserves contigo por el resto de tu vida.

Él se quedo sin palabras mientras gruesas lágrimas resbalaban por sus mejillas. La gente lo miraba y lo señalaban, alguien le preguntó. -Joven ¿esta usted bien? Y él respondió. - Si ¿por qué? Lo veo caminar y lo veo llorar,- ¿Le sucede algo?. - Nada, gracias.

Despues no hubo más palbras, solo pensamientos confusos, él la acompaño hasta su casa, ella le pidió que por favor la esperara afuera y él aceptó extrañado por que ella nunca lo hacia esperar en el patio. Se quedo 10 minutos esperando, pero ella no regresaba.

De pronto escuchó voces y vio salir de la casa a los amigos en común, todos con cara triste. Él entro corriendo a la casa, al cuarto de su ex novia. Allí se encontraba la mamá de ella.

El joven con llanto y un nudo en la garganta… Le preguntó. -¿Que sucedió? Dígame, ¿que sucedió?

La mamá, entre sollozos trato de explicarle que enfermó pues no quizo comer desde hacia muchos meses; Le extendió la mano y entregó una carta de su hija, él la miro con incredulidad, si hacía solo minutos había hablado con ella. No era posible que ahora la encontrara en su lecho de muerte.

Comenzó a leer. -¿Sabes amor? Yo también sentí lo mismo que tu sentiste anoche-. No pudo continuar, se la quedo mirando fijo, apretó la cruz con fuerza y llorando dijo: - perdóname, perdóname tú a mí.



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POR QUÉ LEER

•Leer y escribir no pueden ser un lujo ni una obligación, sino una necesidad fundamental, una condición sin la cual es imposible que una sociedad ingrese realmente a una democracia participativa
Silvia Castrillón, directora de Asolectura

* Las lágrimas que derramé en el pasado,se han convertido en lluvia que riega suavemente mi jardín de hoy.

Thich Nhat Hanh

Poemas

Etéreos


La piel se hizo etérea
Y escaparon al cielo nuestras ansias
Que saciándose hasta el tope
Contemplaba al creador mismo
Entre un ejército de ángeles
Deseosos de ser mortales.

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Agustin Valle Martinez



No vuelvas


No vuelvas a encender la hoguera
Si no te calientas en ella
Ni vuelvas a preguntar
Si estoy herido
Si no vas a socorrerme.

Alvaro Herrera Pino


Quienes somos?

La tribu es esencialmente un grupo de amigos, una cofradía amante de la literatura, que han creado espacios para incentivar la lectura crítica y la escritura creativa en el municipio de El Banco, Magdalena, Colombia.

Desde sus inicios como grupo organizado, La Tribu ha desarrollado varios proyectos de tipo literario, inicialmente se constituye como un grupo de de tertulia literaria, a raíz de la convocatoria de la Fundación para el fomento de la Lectura, Fundalectura en el año 2004, ese mismo año saca a la luz su primera obra, un colectivo literario llamado Antología de Poemas y Cuentos, esa obra fue publicada con el apoyo de la casa de la Cultura y la Alcaldía Municipal de El Banco, por ello se distribuyó de manera gratuita en las Instituciones Educativas y se remitió a las Casas de la Cultura y Bibliotecas Públicas de la Región.
Hasta hoy ha publicado con mucho esfuerzo dos antologías, varias revistas o fascículos, participado en varios eventos culturales como el festival de la Cumbia y actividades como Cine al Parque, actualmente desarrolla el Taller Literario " La Tribu" en Instituciones Educativas de educación Secundaria y Superior

La Tribu en sesión

La Tribu en sesión
Los miembros de la Tribu en desarrollo del Taller Literario

Obras Públicadas

Obras Públicadas
"Antología de Poemas y Cuentos" y Cinco Poetas banqueños" son las obras literarias de autores banqueños publicados por La Tribu

El Cuento

Cuento

El cuento es una narración breve, oral o escrita, en la que se relata una historia tanto real como ficticia. Además de su brevedad, el cuento tiene otras características estructurales que lo diferencian de la novela, la frontera entre un cuento largo y una novela corta no es fácil de definir.
En lengua castellana, la redacción de cuentos es una especialidad de América, en contraposición a la especialidad española en filología y realismo.

Que es el cuento? (Rolando Sifuentes)

El cuento es una narración ficticia que de por sí constituye una unidad, no importa cuan corta sea, no es un sub género de la novela.El cuento tampoco es algo muy moderno, viene desde muchos siglos atrás.El ser humano siempre ha necesitado decir historias para expresar sus anhelos y sus penurias. Al comienzo se hizo oralmente, luego, por el año 3500 A.C., los hijos del faraón Cheops, narraron las historias de su padre en papiro.En el antiguo testamento también encontramos cuentos, aunque no se les llame cuentos, pues fueron escritas con el propósito de transmitir ejemplos morales y principios religiosos. Algunas de estas historias se encuentran en el Libro de Ruth, en el de Jonás, Tobit y algunos otros más.

Los Primeros Cuentos

Las primeras narraciones que se conocieron en Europa llegaron del Oriente a comienzo de la edad media. Estos cuentos fueron conocidos como "Historias Arabes" de autor o autores anónimos. Esta gran obra tiene de un gran cuento: la historia de Gerenarda y el sultán; y dentro de ese cuento estan engarzados una serie de otros cuentos entre los que se encuentran "Las Mil y Una Noche", "Simbad el Marino", "Ali Baba y los Cuarenta Ladrones" y otros.Otra colección de cuentos aparecida por esa época fue "El Decameron" de Giovanni Bocaccio (1313-75). Esta obra consta de más de cien historias contadas con un estilo pícaro y licencioso ambientadas en la Italia central.A Bocaccio lo siguió Geoffrey Chaucer (1340-1400), quien escribió cerca de 17,000 líneas en verso sobre historias muchas de ellas licenciosas, conocidas como "Los Cuentos de Canterbury". A pesar de que estas historias fueron escritas en verso, ellas no son consideradas como tal sino como cuentos ya que estan más acorde con los enunciados de Aristóteles en su Poética En la América pre-hispánica también tenemos algunas joyas literarias dignas de mencionar. Por aquella época floreció el cuento oral que se transmitía de generación en generación. Estas hostorias sufrieron algunas alteraciones cuando llegaron los españoles quienes introducieron en ellas algunos elementos de la fe católica. Una de las pocas historias que se salvaron de esta mixtura fue Popol Vuh, Historias del Quiché.

El Cuento Moderno

La modernización del cuento empezó a mitad del siglo XIX, cuando Edgard Allan Poe (1809-49), escribió sus "Narraciones Extraordinarias"; una colección de cuentos de corte atmosférico, especialidad del autor y que causó terror en sus lectores.A Poe lo siguieron Nicolai Gogol (1809-52), Guy de Maupassant (1850-93) y Antón Chejov (1860-1904). Este último fue un verdadero maestro. Muchos de sus cuentos fueron enfocados desde un ángulo objetivo mientras que el ángulo preferido de la mayoría de autores era y sigue siendo el ángulo (punto de vista) del autor, subjetivo y omnisciente.En Latinoamerica también surgió un gran autor de cuentos cortos: Ricardo Palma (1833-1919), cuyas narraciones son conocidas como "Tradiciones Peruanas". Estas tradiciones estaban basadas en hechos historicos a los cuales Palma les aumentaba algo de su imaginación. Su estilo era anecdótico, ameno y con una gran dosis de humor y sátira hacia la sociedad de entonces.

SOBRE LA NOVELA Y EL CUENTO CORTO

La diferencia entre un relato corto y una novela reside en lo siguiente: un relato corto puede tratar de un crimen; una novela trata del criminal, y los hechos derivan de una estructura psicológica que, si el escritor conoce su oficio, habrá descrito previamente. Por consiguiente, la diferencia entre un relato corto y una novela no es muy grande; por ejemplo, La larga marcha, de William Styron, se ha publicado ahora como "novela corta", cuando fue publicada por primera vez en Discovery como "relato largo". Esto significa que si lo leen en Discovery están leyendo un relato, pero si compran la edición de bolsillo van a leer una novela. Con eso basta.
Las novelas cumplen una condición que no se encuentra en los relatos cortos: el requisito de que el lector simpatice o se familiarice hasta tal punto con el protagonista que se sienta impulsado a creer que haría lo mismo en sus circunstancias... o, en el caso de la narrativa escapista, que le gustaría hacer lo mismo. En un relato no es necesario crear tal identificación, pues 1) no hay espacio suficiente para proporcionar tantos datos y 2) como se pone el énfasis en los hechos, y no en el autor de los mismos, carece realmente de importancia -dentro de unos límites razonables, por supuesto- quién es el criminal. En un relato, se conoce a los protagonistas por sus actos; en una novela sucede al revés; se describe a los personajes y después hacen algo muy personal, derivado de su naturaleza individual. Podemos afirmar que los sucesos de una novela son únicos, no se encuentran en otras obras; sin embargo, los mismos hechos acaecen una y otra vez en los relatos hasta que, por fin, se establece un código cifrado entre el lector y el autor. No estoy seguro de que esto sea especialmente negativo.
Además, una novela -en particular una novela de ciencia ficción- crea todo un mundo, aderezado con toda clase de detalles insignificantes..., insignificantes, quizá, para describir los personajes de la novela, pero vitales para que el lector complete su comprensión de todo ese mundo ficticio. En un relato, por otra parte, usted se siente transportado a otro mundo cuando los melodramas se le vienen encima desde todas las paredes de la habitación... como describió una vez Ray Bradbury. Este solo hecho catapulta el relato hacia la ciencia ficción.
Un relato de ciencia ficción exige una premisa inicial que le desligue por completo de nuestro mundo actual. Toda buena narrativa ha de llevar a cabo esta ruptura, tanto en la lectura como en la escritura. Hay que describir un mundo ficticio totalmente. Sin embargo, un escritor de ciencia ficción se halla sometido a una presión más intensa que en obras como, por ejemplo, Paul's Case o Big Blonde, dos variedades de la narrativa general que siempre permanecerán con nosotros.
En los relatos de ciencia ficción se describen hechos de ciencia ficción; en las novelas de este tema se describen mundos. Los relatos de esta colección describen cadenas de acontecimientos. El nudo central de los relatos es una crisis, una situación límite en la que el autor involucra a sus personajes, hasta tal extremo que no parece existir solución. Y luego, por lo general, les proporciona una salida. Sin embargo, los acontecimientos de una novela están tan enraizados en la personalidad del protagonista que, para sacarlo de sus apuros, debería volver atrás y reescribir su personaje. Esta necesidad no se encuentra en un relato, sobre todo cuanto más breves sea (relatos largos como Muerte en Venecia, de Thomas Mann, o la obra de Styron antes comentada son, en realidad, novelas cortas). De todo esto se deduce por qué los escritores de ciencia ficción pueden escribir cuentos pero no novelas, o novelas pero no cuentos; todo puede ocurrir en un cuento; el autor adapta sus personajes al tema central. El cuento es mucho menos restrictivo que una novela, en términos de acontecimientos. Cuando un escritor acomete una novela, ésta empieza poco a poco a encarcelarlo, a restarle libertad; sus propios personajes se rebelan y hacen lo que les apetece... no lo que a él le gustaría que hicieran. En ello reside la solidez de una novela, por una parte, y su debilidad, por otra.

FIN
Phillip K. Dick


Fragmento del prólogo de Doce Cuentos Peregrinos
De Gabriel García Marquez.

“El esfuerzo de escribir un cuento corto es tan intenso como empezar una novela. Pues en el primer párrafo de una novela hay que definir todo: estructura, tono, estilo, ritmo, longitud, y a veces hasta el carácter de algún personaje. Lo demás es el placer de escribir, el más íntimo y solitario que pueda imaginarse, y si uno no se queda corrigiendo el libro por el resto de la vida es porque el mismo rigor de hierro que hace falta para empezarlo se impone para terminarlo. El cuento, en cambio, no tiene principio ni fin: fragua o no fragua. Y si no fragua, la experiencia propia y la ajena enseñan que en la mayoría de las veces es más saludable empezarlo de nuevo por otro camino, o tirarlo a la basura. Alguien que no recuerdo lo dijo bien con una frase de consolación: «Un buen escritor se aprecia mejor por lo que rompe que por lo que publica». Es cierto que no rompí los borradores y las notas, pero hice algo peor: los eché al olvido”.